Y aquí estamos...

Cuentos fantásticos, tal vez - más adelante - capítulos de una novela, poesías...
En fin, todo lo que pueda llevarnos a un mundo en el que la rutina no existe... y la realidad tampoco.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Otro crimen absurdo

Nunca se sabe para qué aprende uno algunas cosas. Qué sé yo, fui a ese lugar porque me amiga me dijo que esa mujer hacía cosas raras. Y bueno, vos sabés lo curiosa que soy.
Y sí, me enganché. La magia es atractiva. Poderosa. Instantánea. 
Y aprendí algunos trucos. Y lamentablemente los usé. Casi me vi obligada a hacerlo.
Pero no podía dejar todo así. No debía. Cuando uno hace algo mal, debería pagar por ello. Sí que es necesario, para no repetir el error, la maldad.
Entonces, se me ocurrió.
Un día de lluvia, de esos que no dan ni ganas de salir, estaba caminando, a pesar de todos mis instintos, para tomar un café antes de volver al laburo, cuando la vi. Una rata que se escondía por la alcantarilla. Recordé Macbeth y los conjuros de las tres hechiceras. Y mis trucos.
Pero una rata es difícil de eliminar. Algo más pequeño sería más apropiado.

Esa tarde esperé. Sabía a qué hora salían. Las esperé en una esquina. Recordé sus palabras falsas, sus insultos posteriores, su traición a una amistad de años. Y me preparé.
"Ahí están."

Fue cosa de segundos. No llegaron ni a cruzar la calle. Me miraron cuando me acerqué, impávidas. Bah, no pude verlas muy bien, en realidad, pero me imagino que deben haber intentado escapar. Ya era tarde.
Reí perversamente, y las pisé. Con fruición, con bronca. Con desprecio. Con ganas. Y las tiré por la alcantarilla.
Después de todo, quién se va a preocupar en el mundo por dos sucias cucarachas.

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