Tanto tiempo.
Tanta distancia.
Tanto cansancio.
Tanto delirio.
Tanto movimiento.
Tanto reposo.
Tanto volar.
Tanto cable a tierra.
Tanto golpe.
Tanta ternura.
Por suerte,
casi nada de
responsabilidad.
Al fin y al cabo,
soy sólo una mano,
qué tanto, che.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si leés y no comentás, vas a ver cómo esa bic que tenés en tu mano levanta vuelo y automáticamente se clava en tu ojo derecho.